Intestino Tu segundo cerebro

El cerebro en tu intestino

¿Sabías que tienes un «segundo cerebro» en el intestino?

Puede sorprender a muchos el saber que tienen un sistema nervioso entérico. ¿Has oído hablar de esto? pues bien… éste controla y regula el esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon y tiene cinco veces más neuronas que la médula espinal.

Probablemente has escuchado la advertencia «La muerte empieza en el colon». Resulta que es un consejo sabio. Si tenemos un tubo digestivo mal cuidado, poblado de bacterias y hongos oportunistas y patógenos (en particular, Candida albicans) y contaminado por alimentos mal digeridos, corremos el riesgo de que se quede atascado por materia tóxica. Esta situación puede provocar desequilibrios y trastornos de distinta gravedad.

Si alguna vez has sentido mariposas en el estómago, o una corazonada o sentiste que los pasteles de cangrejo están «revolucionado tu estómago», es posible que hayas escuchado a tu «segundo cerebro» en tu intestino.

¿Alguna vez has vomitado?

Entonces has experimentado la sabiduría de tu sistema nervioso entérico de primera mano.

Puede que no te hayas sentido bien, pero la inteligencia de tu sistema nervioso hizo que esos pasteles de cangrejo se convirtieran en proyectiles, produciendo las contracciones necesarias para obligarlos a subir nuevamente por tu esófago. Una respuesta saludable para ti a pesar de que no te sientas bien en ese momento.

También se sabe que el sistema nervioso entérico juega un papel importante en nuestro bienestar emocional. Se conecta con el cerebro, afectando directamente los sentimientos de tristeza o estrés, incluso influyendo en la memoria, el aprendizaje y la toma de decisiones.

Las células del intestino producen el 80% de la hormona del buen humor (la serotonina) que se encuentra en el cuerpo. Por lo que hay que tener en cuenta que el intestino “enfermo” también es un factor desencadenante de trastornos emocionales.

Muchos trastornos gastrointestinales como el reflujo ácido, la colitis y el síndrome del intestino irritable comienzan con el cerebro en el intestino.