se reduce la esperanza de vida En los últimos años, ha aumentado la preocupación por…
Endulzantes artificiales lo que no te cuentan
Endulzantes artificiales lo que no te cuentan
La publicidad que veas en televisión y en otros medios sobre los endulzantes se debe a propósitos de marketing comercial no a un interés por la salud del consumidor. Mira lo que dicen las investigaciones sobre los endulzantes más comunes:
- Una investigación con animales ha demostrado que todos los endulzantes artificiales que están aprobados en la actualidad y se consideran inocuos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos y las debidas autoridades en Europa causan daños en el ADN e interfieren con la actividad normal y saludable de las bacterias intestinales
- Los endulzantes artificiales que se analizan en el estudio aquí presentado son aspartamo, sucralosa, sacarina, neotame, advantame y acesulfamo potásico, también conocido como acesulfame-K
- La sacarina causó el daño más grave y extenso, al exhibir efectos tanto citotóxicos como genotóxicos, lo que significa que es tóxico para las células y daña la información genética en ella (lo que puede causar mutaciones)
- Se encontró que el aspartamo y el acesulfamo potásico, causan daño en el ADN. Asimismo, se descubrió que el neotame causaba trastornos metabólicos y elevaba las concentraciones de diversos ácidos grasos, así como de lípidos y colesterol
- Otra investigación reciente ha demostrado que los endulzantes artificiales dañan la función vascular y causan cambios celulares que pueden ser importantes durante la aparición y progresión de la diabetes y obesidad
El estudio con animales,1,2,3,4,5 publicado en la revista Molecules, encontró que todos los endulzantes artificiales que están aprobados en la actualidad y se consideran inocuos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos causan daños en el ADN e interfieren con la actividad normal y saludable de las bacterias intestinales.
Algunos de los endulzantes artificiales que se incluyeron en dicho estudio y el resultado de éstos son:
- La sacarina causó el daño más grave y extenso, al exhibir efectos tanto citotóxicos como genotóxicos, lo que significa que es tóxico para las células y daña la información genética en ellas (lo que puede causar mutaciones).
- La Sucralosa causó: Destrucción de las bacterias intestinales. Alteración de glucosa, insulina, lo que podría elevar el riesgo de diabetes. Menor cantidad de glóbulos rojos. Mayor infertilidad masculina. En dosis más altas, ocasiona lesiones cerebrales. Riñones calcificados y más grandes. Riesgo de Aborto espontáneos. Posibles interacciones con los medicamentos
- Se encontró que el neotame causaba una alteración metabólica en ratones y elevaba las concentraciones de diversos ácidos grasos, así como lípidos y colesterol. Asimismo, diversos genes disminuyeron gracias a este endulzante.
- Se descubrió que el aspartamo y el acesulfamo potásico – este último se encuentra comúnmente en los suplementos deportivos – causan daños en el ADN
Los endulzantes artificiales están relacionados con el aumento de peso y problemas de salud
Las investigaciones publicadas en las últimas 3 décadas también han demostrado de manera convincente que los endulzantes artificiales estimulan el apetito, aumentan los antojos de carbohidratos y producen diversas disfunciones metabólicas que promueven el almacenamiento de grasa y aumento de peso.
En 1986, un estudio17 que examinó a casi 78 700 mujeres durante 1 año encontró que aquellas que utilizan endulzantes artificiales eran significativamente más propensas a aumentar de peso en comparación con aquellas que no, sin importar su peso inicial.
De acuerdo con los investigadores, los resultados «no se podían explicar por las diferencias en los patrones de consumo alimentario. Los datos no apoyan la hipótesis de que el uso a largo plazo de endulzantes artificiales pueda ayudar a perder peso o a prevenir su aumento».
En 2010, se publicó una importante revisión científica19 en el Diario de Biología y Medicina de Yale. Esta resumió la evidencia epidemiológica y experimental que estaba disponible sobre los efectos de los endulzantes artificiales en el peso, y explicó dichos efectos en virtud de la neurobiología correspondiente al sistema de recompensa por los alimentos.
Teniendo en cuenta lo que ahora sabemos sobre el microbioma intestinal y su influencia en la salud y la enfermedad, cada vez es más fácil vislumbrar cómo y por qué los endulzantes artificiales pueden causar estragos en su salud.
La gran mayoría de productos envasados llevan alguno o varios de estos endulzantes en su composición. Ténlo en cuenta
Sustitutos de los endulzantes artificiales
Dos de los mejor sustitutos del azúcar son del reino vegetal: Stevia y Lo Han Guo (también deletreado como Luo Han Kuo). La stevia, una hierba muy dulce derivada de la planta de stevia sudamericana, es vendida como un suplemento. Es completamente segura en su forma natural y puede ser utilizada para endulzar la mayoría de los alimentos y bebidas.
Una tercera alternativa es el uso de la glucosa pura. Puede comprar glucosa pura (dextrosa). A diferencia de la fructosa, la glucosa puede ser utilizada directamente por cada célula de su cuerpo y es una alternativa mucho más segura.
Fuentes y referencias de los estudios
- 1Molecules 2018; 23(10): 2454
- 2,6 Business Insider October 2, 2018
- 3US News October 1, 2018
- 4Inverse October 1, 2018
- 5Science Daily October 1, 2018
- 7Journal of Toxicology and Environmental Health, Part B: Critical Reviews, 16:7, 399-451
- 8,9, 12 J Toxicol Environ Health A. 2008;71(21):1415-29
- 10Diabetes Care. 2013 Sep;36(9):2530-5.
- 11Food Chem Toxicol. 2000;38 Suppl 2:S31-41
- 13Experimental Biology Conference Publication # A322 603.20
- 14US News April 23, 2018
- 15Medical News Today April 23, 2018
- 16Gizmodo April 22, 2018
- 17Preventive Medicine 1986 Mar;15(2):195-202
- 18San Antonio Heart Study June 14, 2005
- 19Yale Journal of Biology and Medicine 2010 June; 83(2): 101–108
- 20Trends in Endocrinology & Metabolism 2013 Sep;24(9):431-41
- 21com July 10, 2013
- 22The Journal of Physiology 2013 Nov 15;591(22):5727-44
- 23Scientific American September 5, 2013
- 24Nature October 2014; 514: 181-186