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Claves para Perder Peso
Todo lo que necesitas para adelgazar está en tu mente
Muchas personas perseguimos el anhelo de perder peso. Sin embargo, más que buscarlo afuera, quizás esta capacidad esté en nosotros mismos. Los cierto es que en nuestra programación genética contamos con algo llamado “interruptor graso”, el cual era necesario para sobrevivir en épocas de hambre. Gracias a esto, el cuerpo humano podía resistir debido a las reservas de grasas que poseía, alimentándose de estas cuando no se le suministraba comida.
Pese a que las circunstancias han cambiado, este interruptor se activa y permanece así incluso cuando no le corresponde, lo cual genera mayor almacenamiento de grasas para poder afrontar cualquier situación que sienta como amenaza.
No obstante, es posible desactivar este interruptor de una manera fácil con tan sólo indicarle a nuestro organismo, de forma clara, las instrucciones para que este comprenda que debe “gastar” y no “reservar” grasas, logrando con ello el peso ideal.
Aumentas de peso porque tu cuerpo cree que necesita esos kilos de más
Algunas hipótesis, en torno al tema de la obesidad, sostienen que acumulamos grasa porque nuestro cuerpo considera que es necesario, por cuestiones de supervivencia. Esta sería la razón que explicaría el porqué a mayor número de fuertes regímenes dietéticos, mayor era el aumento de peso después de ellas. De acuerdo con esta teoría, el cuerpo estaría percibiendo la dieta como una amenaza, y tiende a un aumento de peso ya que éste cree que te está protegiendo.
El autor de el libro “El Método Gabriel” , Jon Gabriel, (ed. Urano), y uno de los principales difusores de esta teoría, la cual le hizo posible rebajar, en tres años, 104kg, afirma que: “el cuerpo tiene la habilidad de obligar a ganar peso del mismo modo que tiene la habilidad de obligar a respirar”.
De acuerdo a esta teoría los kilos de más, están no por falta de voluntad, sino porque el cuerpo así lo ha dispuesto. Esta iniciativa también brinda apoyo para hacer desaparecer la culpa que se experimenta al tener kilos de sobra y cambiarla por una actitud proactiva.
Cuando sientes que todo te engorda, la sensación es real
Pese a que muchos consideren que estás exagerando, esto puede ser real porque te encuentras en “modo ahorro”.
Los peligros que acechaban al hombre hace millones de años eran el hambre, depredadores y el frío, pero, en las sociedades de hoy día ya no existen. Sin embargo, existen otras amenazas que son capaces de activar exactamente los mismos mecanismos en señal de alerta, produciendo sustancias químicas, parecidas a las que generaban nuestros ancestros en el pasado.
Nuestro cerebro interpreta algunas circunstancias, incluso emocionales, como si fuese una amenaza de peligro o hambre activando el ahorro de grasas, o lo que el autor Jon Gabriel denomina “los programas FAT”.
Es importante analizar nuestras vidas e identificar aspectos que desencadenan dolor o miedo y que el cerebro toma como una señal de que nuestro cuerpo está en peligro. A continuación te damos a conocer algunas posibles amenazas:
Insatisfacción personal. Sentirse insatisfecho es similar a encontrarse en una situación de tensión y poca comodidad. Esto además te lleva a que busques calmar la satisfacción en el consumo de dulces.
Problemas familiares. Esto puede hacerte engordar de manera rápida, incluso si estás comiendo poco. Especialmente las discusiones constantes en el hogar, o desenvolverte en un ambiente hostil.
Estrés laboral. El estrés siempre es percibido por el organismo como una amenaza, lo cual le lleva a iniciar un “ahorro” de energía, además que se genera cortisol, la sustancia que provoca el hambre, por excelencia.
Miedo al cambio. Si no logras adaptarse fácilmente a los cambios que se generan en tu entorno, tu mente lo tomará como un peligro del cual debe protegerse, aumentando de peso.
¿Qué puedes decirte a te mism@ para reprogramar tu mente?
Es posible que hagas una reprogramación de tu mente para que esta no considere que al reservar grasas realmente te protege de peligros. Más bien, es necesario enviarle mensajes distintos a los que ya tiene en su recuerdo genético. Las siguientes frases podrían ayudarte:
“No existen amenazas reales y por tanto no necesito tener estos kilos de sobra para poder vivir”
“Puedo manejar los problemas que surgen sin necesidad de comer en exceso para refugiarme”
“Perdiendo el peso de más podré ser más activ@, tendré más seguridad en mí y mi salud mejorará”
“Aprenderé a comer lo que realmente mi cuerpo requiere, el cual se diferencia del resto porque esta es mi vida, la cual también es diferente a la de los demás”
“Mi cuerpo quiere perder peso. Para ello no necesito sufrir ni dejar de comer alimentos que me gustan”
Desactiva tu interruptor graso y ¡adelgaza ya!
Si cumples con una dieta saludable, elaborada de acuerdo a tus necesidades, perder peso será mucho más fácil de lo que imaginas.
Es probable que no te sientas totalmente a gusto con tu cuerpo, o quizás desearías que algunos aspectos de tu vida fuesen de otra manera, sin embargo, debes dejar de lado lo negativo, sin permitir que se instalen en tus pensamientos, ya que con ello sólo lograrás sentir estrés, y ya sabes que esto desencadenará mayor aumento de peso, ante lo cual sólo queda ser positivo y creer en ti.
Trata de no quedarte en la lamento. De acuerdo con Jon Gabriel, si te quejas constantemente sólo estarás enviando señales de auxilio a tu organismo, como si le dijeses: “no estoy a salvo, haz algo”.
Es recomendable permanecer lejos de lo que no te agrada, y en lugar de ello generar pensamientos positivos.
No será tan difícil que logres perder peso. Al repetir lo fácil que será más creerás en ello, y menos dificultades tendrás, por lo que cada día estarás más cerca de la meta.
A medida que pienses de manera positiva, empezarás a comer solamente lo que tu organismo necesita, decidiendo por comidas saludables y con menos calorías, en lugar de optar por la bollería. Tu mejor asesora serás tú misma.
Un plan alimenticio que ayudará a tu mente a sentir orden
En primer lugar, debes desestimar todo tipo de dieta estricto, así proveerás buenos nutrientes a tu cuerpo y tu cerebro lo entenderá.
Existe gran variedad de comidas que son sanas y además deliciosas, capaces de reemplazar cualquier bollería o snack. Así que la comida chatarra no es necesaria en tu vida. Puedes elaborar una lista de alimentos apetecibles. Por ejemplo: melón y jamón, olivas rellenas y cerveza sin alcohol. Recuerda tenerla a mano.
Cuando sientas que quieres comer algo muy graso, ejercítate de la siguiente manera: imagina, con los ojos cerrados, a tu estómago, después de haberlo ingerido. Se siente muy bien, ¿verdad?
La temporada te brinda muchas opciones en alimentos frescos, que te proporcionarán nutrientes, los cuales necesita tu cuerpo, especialmente tu cerebro. Evita lo más que puedas la compra de productos que son envasados.
Los alimentos que son ecológicos o biológicos aportan muchos nutrientes, así que cada vez que puedas, decídete por ellos.
Recuerda que tampoco debes prescindir totalmente de las grasas, ya que tus células necesitan tener algo de ellas, de lo contrario “harían reserva”. Simplemente opta por las buenas, tales como el aceite de oliva virgen, el pescado azul, frutos secos, aguacate, entre otros.
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