Estaba desesperada. Me dolía la cabeza, tenía malestar general, cansancio, dolor en todo el cuerpo, no tenía ganas de hacer nada, mi calidad de vida estaba disminuyendo por momentos. Fue entonces en el año 1993 cuando me detectaron un tumor en la hipófisis, a partir de aquí empezó mi peregrinaje por todas las consultas médicas.
Había probado la medicina tradicional y me daban muchas pastillas que no me servían demasiado ya que solo me desaparecía el dolor por un tiempo, la verdad que no muy largo y tenía que volver a medicarme. No estaba muy convencida que estuviese en el buen camino y empecé a probar otras cosas ya que pensaba que las pastillas no eran ninguna solución.
Fui a un osteópata, después probé la medicina homeopática, también la acupuntura, la medicina china, la kinesiología, incluso los masajes terapéuticos de todas clases y sí, notaba algún alivio, alguna mejora pero seguía un poco desanimada porque quizás pensaba que los resultados serían diferentes, ya que me hacían revisiones cada 6 meses, y siempre tenía un nivel muy alto de prolactina y muy lejano a los índices normales.
Un día llegó a mis manos una historia en un periódico. Era de una consulta Quiropráctica. Estuve informándome de lo que era, ya que no había oído nunca hablar de ello y me enteré que era una medicina natural, sin medicamentos, y pensé que como la vía de las alternativas había funcionado mejor que las pastillas, quería probarlo, quizás era la medicina que me quedaba por probar y quizás seria la definitiva.
Enseguida llamé al centro, me hicieron la primera visita y entonces empecé. Siempre pienso que todo el recorrido que hice en intentar mejorar mi salud había sido el camino preparatorio hasta encontrar la Quiropráctica, ahora este es mi camino y no pienso dejarlo.
Solamente voy a deciros que mi vida ha cambiado de tal manera que ahora simplemente disfruto con las actividades simples de cada día, como ir a pasear, leer un libro, ir a tomar algo con los amigos, nadar, hacer la comida; todas las pequeñas cosas del día a día que se habían vuelto un tormento debido a mi estado físico y mental, ahora son mis mayores alegrías.
Después de 2 años de cuidado quiropráctico, acudí a hacerme las analíticas correspondientes que me repetían cada 6 meses desde el 93 y los resultados fueron sorprendentes tanto para mi como para los médicos ya que las cifras en el nivel de prolactina, por primera vez en todos estos años habían alcanzado el nivel normal. Fue realmente una noticia muy emocionante y esperanzadora, me sentí muy feliz. También la tiroides se habían regularizado sin medicación.
Cada día descubro nuevos beneficios con la quiropráctica, estoy muy contenta.
La Quiropráctica ha devuelto a mi cuerpo su potencial de salud.